Podría tal vez resignar mis ganas
de irme cuando te pido que no me mires
si de salva fueran las balas
con las que temo que me lastimes.


Ya sabes que no es que te deteste,
eres mi único cable a tierra
pero sí odio realmente esas veces
en las que parece que no te quiera.


Te prometo que algún día aprenderé
a cambiar esas lagrimas por sonrisas
y puede que en el intento, logre perder
esa mala costumbre de darte malos días.


No te preocupes por mis lagrimas
sé que algún día cesarán.


Mas bien, presta atención
lo que te diré...
'El miedo te prohíbe amar,
cierra los ojos, confía y déjalo pasar'


Yo voy a esperar y hacer todo lo posible para que tu confianza vuelva a aparecer,
no contaré las horas ni los días...


Como lo dije alguna vez,
no hay nadie a quien culpar,
ahora parecemos dos desconocidos,
pero todo se solucionará.